El parto y el nacimiento humanizado se fundamenta en la valoración del mundo afectivo-emocional de las personas, la consideración de los deseos y necesidades de sus protagonistas: madre, padre, hija o hijo y la libertad de las mujeres o las parejas para tomar decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir, en uno de los momentos más conmovedores de su historia.
Lo opuesto es el proceso de medicalización habitual en el que el destino de la mujer y su hijo está sujeto a procedimientos de intervención rutinarios que no consideran las diferencias y especificidades individuales, transformando en violentas las actitudes asistenciales.
Lo opuesto es el proceso de medicalización habitual en el que el destino de la mujer y su hijo está sujeto a procedimientos de intervención rutinarios que no consideran las diferencias y especificidades individuales, transformando en violentas las actitudes asistenciales.
Características de un Parto Humanizado:
- Reconocer en padres e hijos a los verdaderos protagonistas.
- No intervenir rutinariamente en este proceso natural, no habiendo una situación de riesgo evidente.
- Reconocer y respetar las necesidades individuales de cada mujer/pareja y el modo en que desean transcurrir esta experiencia (posición para parir, lugar del nacimiento, etc).
- Respetar la intimidad.
- Favorecer la libertad de posición y movimiento de la mujer durante todo el trabajo de parto.
- Promover el vínculo personalizado entre la pareja y el equipo de salud.
- Respetar la necesidad de elección de la mujer de la persona quien la acompañará en el parto.
- Cuidar el vínculo inmediato de la madre con el recién nacido, evitando someter al niño a cualquier maniobra de resucitación o exámenes innecesarios.
- No intervenir rutinariamente en este proceso natural, no habiendo una situación de riesgo evidente.
- Reconocer y respetar las necesidades individuales de cada mujer/pareja y el modo en que desean transcurrir esta experiencia (posición para parir, lugar del nacimiento, etc).
- Respetar la intimidad.
- Favorecer la libertad de posición y movimiento de la mujer durante todo el trabajo de parto.
- Promover el vínculo personalizado entre la pareja y el equipo de salud.
- Respetar la necesidad de elección de la mujer de la persona quien la acompañará en el parto.
- Cuidar el vínculo inmediato de la madre con el recién nacido, evitando someter al niño a cualquier maniobra de resucitación o exámenes innecesarios.
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